La leyenda de la china poblana data de unos piratas que siempre tenían que huir de un lado a otro por sus robos y asesinatos que cometían en altamar, así fue que huyendo llegaron a la India y allí encontraron un barco que era chino y tenía dentro una mujer embarcada, la cual tomaron de prisionera y la llevaron sin derecho a réplica para ser vendida en Nueva España.
La joven se llamaba Mirrha y era como una princesa de la cual los piratas quedaron cautivados, por eso es que la pudieron vender muy bien un hombre muy culto que era llamado Miguel Sosa, él decidió llevarla a su país y por eso es que llegó a Puebla para poder liberarla allí y que ella comience por primera vez en mucho tiempo a ser libre. Estaba muy agradecida Mirrha, pero también la vistió con las mejores joyas, ropas finas y toda clase de cosas para que sea una mujer reconocida en el lugar con mucho orgullo. Miguel Sosa la metió en un convento para que le enseñen la religión y todo lo que debía saber mientras él iba a otros países y regresaba a su hogar.
Se dice que la bautizaron con el nombre de Catariana de San Juan, luego de esto regaló sus joyas a la virgen y vendió sus finas prendas para los pobres, todos la quería mucho en el lugar y en el momento que partió sintieron enormemente su ausencia. Desde ese tiempo es que la llamaron como la China Poblana.