La mitología romana adapta su propia idiosincrasia para con sus dioses, todos ellos eran apropiados por sus conquistas, es decir, antes de hacerse con algún territorio le pedían a los dioses de esa cultura que dejaran de ayudar a sus súbditos y se unieran a ellos para ser debidamente venerados.
No obstante los nombres y poderes de ellos eran cambiados para ayudar al pueblo romano en lo que necesitara. Entre los dioses más venerados y poderosos estaban Júpiter (dios de la luz), Saturno (dios de la agricultura y la cosecha), Neptuno (dios del mar y la navegación), Minerva (diosa de la guerra y del olivo), Venus (diosa del amor y la fertilidad), Juno (personificación del ciclo lunar) y Luna (personificación de la luna).
Utilidad en un dios.
Aunque la mitología romana no goza de riqueza intelectual y poética los reyes romanos le dieron a cada una de sus deidades un papel fundamental y útil para la vida en el creciente imperio. De hecho de cada uno de los dioses se esperaban hechos y ayudas constantes para seguir con la veneración.
Viendo esto podemos encontrar a dioses como Fontus (dios de las fuentes y manantiales del reino), Flora (diosa de los árboles), Panoma (diosa de los frutos) y Fides (personificación de la palabra dada).
Así como estos cuatro también podemos ver en la historia, para el momento incipiente pero creciente imperio romano a Faunus, un antiquísimo dios feacio protector de los rebaños y a Términus, guardián de los límites de los campos.
Como los romanos se consideraban el pueblo más piadoso y rico de la faz de la tierra creían que los dioses al conocerlos pasarían a velar por ellos y por esto, antes de toda campaña, le pedían a estas deidades de otras culturas que se pasaran a su bando para así contar con su apoyo al acabar con ciudades enteras.
Otros dioses
En vista de que los dioses griegos fueron apropiados por los romanos, estos cambiaron de nombre más muchos siguieron asumiendo el mismo rol que en la antigua Grecia.
Hades por ejemplo pasó a ser llamado Plutón y siguió siendo el dios de los muertos y señor del inframundo. Hefesto que para los romanos tomó el nombre de Vulcano, siguió siendo el dios de los volcanes, de los incendios y de la herrería.
Dionisio por su parte, quien era el dios del vino y de la danza, inspirador del delirio y del éxtasis, pasó a llamarse Baco. Este dios fue altamente venerado en reuniones y orgías llevadas a cabo en ciudades romanas.
Hermes, dios del comercio, protector del camino y guía del viajero pasó a ser llamado Mercurio. Artemisa, llamada Diana por los romanos, era diosa de la virginidad de la casa y de la luna.
Apolo pasó a ser Febo y mantuvo su poderío sobre la luz y la profecía, aunque le fueron agregados dominios sobre la poesía, la música y la curación. Ares, el dios griego de la guerra y la lucha, pasó a ser llamado Marte y sus estatuas aún son vistas tanto en Roma como en Grecia.